Capítulo 10
V. La gloria de Dios abandona el templo de
Jerusalén.
A. Dios muestra a Ezequiel que se marcha del
templo.
1. La gloria de Dios sale del templo.
a. 10:1 Miré, en ese momento, en la expansión que
había sobre la cabeza de los querubines, como una piedra de zafiro, que parecía
como semejanza de un trono, que se dejó ver sobre ellos.
b. 10:2 Habló al varón vestido de lino, y le
dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos
de carbones encendidos de entre los querubines, esparcirlos sobre la ciudad. Él
entró mientras yo lo veía.
c. 10:3 Los querubines estaban a la mano derecha
de la casa, cuando este varón entró. Y la nube llenaba el atrio de adentro.
d. 10:4 En ese momento la gloria de Jehová se
elevó, por encima del querubín, al umbral de la puerta. La casa se llenó de la
nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.
e. 10:5 El estruendo de las alas de los
querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente
cuando habla.
f. 10:6 En el momento en que Dios le ordenó al
que estaba vestido de lino, que tomara fuego de entre las ruedas que estaban
debajo de los querubines, este fue y se detuvo entre las ruedas.
g. 10:7 Un querubín extendió su mano en medio de
los querubines, para tomar el fuego que estaba entre ellos, lo tomó y lo puso
en las manos del que estaba vestido de lino. El cual lo tomó y salió.
2. La figura de
los querubines.
a. 10:8 Apareció en los querubines la figura de
una mano de hombre debajo de sus alas.
b. 10:9 Miré, y había cuatro ruedas junto a los
querubines, junto a cada querubín una rueda. Y el aspecto de las ruedas era
como de crisólito.
d. 10:10 En cuanto a su apariencia, las cuatro
eran de una misma forma, como si estuviera una en medio de otra.
e. 10:11 Cuando andaban, los cuatro frentes
andaban; iban derecho cuando andaban. Donde se dirigía uno de ellos iban las
demás. Iban derecho de frente cuando andaban.
f. 10:12 Iban derecho, todo su cuerpo, sus
espaldas, sus manos, sus alas. Y las ruedas estaban llenas de ojos alrededor en
sus cuatro ruedas.
g. 10:13 Yo oía cuando les gritaban a las ruedas:
¡Rueda!
3. El aspecto de
los querubines.
a. 10:14 Cada uno tenía cuatro caras. La primera
era rostro de querubín. La segunda, de hombre. La tercera, cara de león. La
cuarta, cara de águila.
b. 10:15 Se levantaron los querubines. Este es el
ser viviente que vi en el río Quebar.
c. 10:16 Cuando andaban los querubines, andaban
las ruedas junto con ellos. Y cuando los querubines alzaban sus alas, para
levantarse de la tierra, las ruedas tampoco se apartaban de ellos.
d. 10:17 Cuando se paraban ellos, se paraban
ellas, y cuando ellos se alzaban, se alzaban con ellos. Porque el espíritu de
los seres vivientes estaba en las ruedas.
4. Los querubines
transportan la gloria de Dios.
a. 10:18 En ese momento, la gloria de Jehová se
elevó de encima del umbral de la casa, y se puso sobre los querubines.
b. 10:19 Y alzando los querubines sus alas, se
levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las
ruedas se levantaron al lado de ellos. Se pararon a la entrada de la puerta
oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba por
encima, sobre ellos.
c. 10:20 Estos eran los mismos seres vivientes
que vi debajo del Dios de Israel junto al río Quebar. Y conocí que eran
querubines.
d. 10:21 Cada uno tenía cuatro caras y cada uno
cuatro alas. Tenían figuras de manos de hombre debajo de sus alas.
e. 10:22 La semejanza de sus rostros era la de
los rostros que vi junto al río Quebar, su misma apariencia y su ser; cada uno
caminaba derecho hacia adelante.
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