Capítulo 24
XII. El día del juicio a Jerusalén.
A. El rey de Babilonia sitió a Jerusalén.
1. A los 10 días,
del mes 10, a 9 años, del exilio.
a. 24:1 La palabra de Jehová, la escuché en el noveno
año, en el décimo mes, a los diez días del mes, diciendo:
b. 24:2 Hijo de hombre, escribe la fecha de este
día. En este día, el rey de Babilonia sitió a Jerusalén. 2 Re 25:1-2.
2. Parábola de la
olla de caldo deteriorada.
a. 24:3 Habla por parábola a la casa rebelde, y
diles, Jehová el Señor ha dicho: Pon una olla, ponla, y echa también en ella
agua.
b. 24:4 Echa en ella piezas de carne; que todas
sean buenas piezas, las piernas y la espalda. También, escoge buenos huesos y
échale.
c. 24:5 Escoge una buena oveja, enciende un
fogón. Cuece la carne con sus huesos. Cocinarla bien.
3. Explicación de
la parábola de la olla de caldo.
a. 24:6 Jehová el Señor ha dicho: ¡Ay de la
ciudad de sangres, de la olla deteriorada, cuya descomposición no ha sido
quitada! Por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella.
b. 24:7 Porque su sangre está en medio de ella;
sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para
que fuese cubierta con polvo.
c. 24:8 Provocando que venga su juicio, para su
venganza. Yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta.
d. 24:9 Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así:
¡Ay de la ciudad de sangres! Porque también haré yo una gran hoguera.
e. 24:10 Multiplicando la leña, encendiendo el
fuego para asar la carne y salir su salsa. Y los huesos serán quemados.
4. Dios se cansó de limpiar a Jerusalén.
a. 24:11 Después, colocando la olla vacía sobre
sus brasas, para que se encienda, se queme su fondo, se funda en ella su
suciedad, y se consuma su descomposición.
b. 24:12 En vano se cansó limpiándola, y no salió
de ella su mancha del deterioro. Solo en el fuego será consumida su
descomposición.
5. El juicio de
la casa rebelde será juzgado.
a. 24:13 En tu inmunda lujuria padecerán, porque
te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiaré, hasta
que yo ejecute mi juicio sobre ti.
b. 24:14 Yo Jehová he hablado; lo que he
anunciado lo haré. No se invocará, ni tendré misericordia, ni dejará de
suceder; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor.
6. En Jerusalén morirán sus mujeres e hijos.
a. 24:15 La palabra de Jehová, la escuché
diciendo:
b. 24:16 Hijo de hombre, pon atención, yo te
quito de golpe el deleite de tus ojos. No te lamentes, ni llores, ni corran tus
lágrimas por tus mejillas.
c. 24:17 Aguanta el suspiro, no hagas luto de
muertos; ata tu turbante sobre tu cabeza, y no te cubras con trajes elegantes,
cálzate tus zapatos, ni siquiera comas pan de enlutados.
d. 24:18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la
tarde murió mi mujer. A la mañana hice como me fue mandado.
e. 24:19 Me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué
significan para nosotros estas cosas que haces?
f. 24:20 Y yo les dije: La palabra de Jehová me
habló diciendo:
g. 24:21 Di a la casa de Israel: Así ha dicho
Jehová el Señor: Mira, yo profano, mi santuario, la gloria de su poderío, el
deseo de sus ojos y el deleite de su alma. Porque, tus hijos y tus hijas caerán
muerto con la espada.
h. 24:22 Harán de la misma manera que yo he hecho;
no se vestirán de traje elegante, ni comerán el pan de hombres de luto.
i. 24:23 No se quitarán los turbantes de sus
cabezas, ni los zapatos de los pies; no se lamentarán, y llorarán, sino que se
consumirá a causa de sus maldades, y gemirá unos con otros.
j. 24:24 Por lo tanto, Ezequiel será por señal,
según todas las cosas que él hizo, harán; cuando esto ocurra, entonces sabrán
que yo soy Jehová el Señor.
7. Al cumplirse
la profecía, Ezequiel podrá hablar.
a. 24:25 Tú, hijo de hombre, el día que yo les
arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y
el anhelo de sus almas. También sus hijos y sus hijas.
b. 24:26 En ese día vendrá a ti uno que haya
escapado, para traer las noticias.
c. 24:27 En aquel día se abrirá tu boca para
hablar con el fugitivo. Les hablarás libremente, les serás por señal, y sabrán
que yo soy Jehová.
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