Capítulo 16
VII. El juicio de Jerusalén de Canaán.
A. El origen de la ciudad de Jerusalén de
Canaán.
1. Jerusalén, nace de padre amorreo y madre
heteo.
a. 16:1 Escuché la palabra de Jehová, diciendo:
b. 16:2 Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus
abominaciones.
c. 16:3 Dile así ha dicho Jehová el Señor sobre
Jerusalén: Tú tienes tu origen, y tu nacimiento, en la tierra de Canaán. Tu
padre fue amorreo, y tu madre hetea.
2. Dios tuvo
misericordia de Jerusalén desde su nacimiento.
a. 16:4 En cuanto a la historia de tu nacimiento,
el día que naciste, tu ombligo no fue cortado, ni fuiste lavada para limpiarte
con aguas, ni colocaron ningún ungüento, con sal, ni te fajaron el ombligo.
b. 16:5 No hubo nadie que se compadeciera de ti,
para atenderte en tu nacimiento, teniendo de ti misericordia, sino que fuiste
arrojada sobre la faz del campo, en el día que naciste, y tu vida
menospreciaron.
3. Jerusalén
cuando nació estaba muerta y él le dio vida.
a. 16:6 Yo pasé junto a ti, y cuando te vi,
estabas toda llena de tu sangre. Y cuando estabas en tu sangre, te dije: ¡Vive!
Sí, te dije, cuando estabas en tu sangre: ¡Vive!
B. Dios desarrolló a la ciudad de Jerusalén
de Canaán.
1. Jebus o Jerusalén
creció y se hizo una gran ciudad.
a. 16:7 Te hice multiplicar como la hierba del
campo. Creciste y te hiciste grande. Llegaste a ser muy hermosa. Tus pechos sé
habían formado, y tu pelo había crecido. Pero estabas desnuda y descubierta.
2. Cuando era una
ciudad joven, Dios la viste y adorna.
a. 16:8 Yo volví a pasar junto a ti, y te miré.
Ya estabas en la edad de enamorarte. Entonces extendí mi manto sobre ti, te
vestí y cubrí tu desnudez. Hice un juramento y establecí un pacto contigo, para
que fueses mía. Palabra de Dios el Señor.
3. Dios estuvo
atento en dar un buen desarrollo a Jerusalén.
a. 16:9 Te lavé con agua, lavé tu sangre de
encima de ti, y te ungí con aceite.
b. 16:10 Te vestí de bordado, te calcé de tejón,
te ceñí de lino y te cubrí de seda.
c. 16:11 Te arreglé con adornos, puse brazaletes
en tus brazos y collar a tu cuello.
d. 16:12 Puse joyas en tu nariz, zarcillos en tus
orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.
e. 16:13 Así fuiste adornada de oro, y de plata.
Tu vestido era de lino fino, seda y bordado. Comiste flor de harina de trigo,
miel y aceite. Fuiste en extremo de hermoso parecer, y tuviste prosperidad
hasta llegar a reinar.
C. Jerusalén de Canaán se volvió idólatra.
1. Jerusalén se
volvió idólatra, a causa de su fama.
a. 16:14 A causa de tu hermosura, sobresaliste
entre las naciones. Porque eras perfecta, a causa de yo hacerte hermosa, dice
Jehová el Señor.
b. 16:15 Pero confiaste en tu hermosura, y te
prostituiste a causa de tu fama. Y todos cuanto pasaban por tu ciudad, te
entregaste a sus fornicaciones. Porque te dejaste llevar por sus ídolos y te entregaste
a ellos.
2. Con el bien
que Dios le dio, hizo ídolos abominables.
a. 16:16 Con tus telas que yo te di para
cubrirte, fabricaste diversos lugares altos para los ídolos. Para idolatrar,
fornicando sobre ellos. Semejante cosa nunca había sucedido, ni sucederá más.
b. 16:17 Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de
oro y de plata que yo te había dado. Te hiciste imágenes de hombre y fornicaste
con ellas adorándolos.
c. 16:18 Tomaste tus vestidos de diversos colores
y cubriste tus imágenes que fabricaste. Con mi aceite y mi incienso, los
adoraste delante de ellos.
d. 16:19 También, le distes a los ídolos, mi pan,
que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te
mantuve. Y pusiste delante de ellos, un olor agradable ante ti. Así fue, dice
Jehová el Señor.
e. 16:20 Además de esto, tomaste a tus hijos y
tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a los ídolos que
hiciste, los quemaste a ellos siendo consumidos por el fuego. ¿Eran poca cosa
tus fornicaciones?
f. 16:21 Para que también hayas degollado a mis
hijos, y los ofrecieras a aquellas imágenes, como ofrenda que el fuego
consumía.
g. 16:22 Con todas tus abominaciones y tus
fornicaciones, no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas
desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.
D. Las causas del juicio de Jerusalén de
Canaán.
1. Jerusalén no
solo idolatró, si no fabricó su idolatría.
a. 16:23 ¡Ay, ay de ti! ¡Dice Jehová el Señor!
¡Porque, después de toda tu maldad!
b. 16:24 Te edificaste lugares altos, y en todas
las plazas, hiciste altar.
c. 16:25 En toda la cima de los caminos
edificaste un lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a
cuantos pasaban, multiplicando tus fornicaciones.
d. 16:26 Fornicaste con tus vecinos los hijos de
Egipto, hombres corpulentos. Aumentaste tus fornicaciones para enojarme.
2. Dios disminuye
su provisión en ordinaria.
a. 16:27 Por tanto, yo extendí contra ti mi mano,
para disminuir tu provisión a forma ordinaria, y te entregué a la voluntad de
las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu
camino deshonesto.
3. Fuiste
insaciable en tus fornicaciones idólatras.
a. 16:28 Por no haberte saciado, también
fornicaste con los asirios. Fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.
b. 16:29 Tanto en la tierra de los caldeos, como
en la tierra de Canaán, se multiplicaron tus fornicaciones en tus idolatrías.
Pero en ninguna de ellas te satisficiste.
c. 16:30 ¡Cuán inconstante es tu corazón! Has
hecho cosas, que son obras de una ramera desvergonzada, dice Jehová el Señor.
d. 16:31 Edificando tus lugares altos en toda la
cima de los caminos, y haciendo tus altares en todas las plazas. Pero peor que
ramera fuiste, porque no recibiste un pago.
4. Fuiste
adúltera, recibiendo al marido ajeno idólatra.
a. 16:32 Sin embargo, fuiste como mujer adúltera,
que en lugar de su marido recibe al ajeno.
b. 16:33 Porque, aunque sea, a las rameras les
dan dones. Pero tú diste tus dones a todos tus enamorados. Y les diste
presentes, para que de todas partes se llegasen a ti, en tus fornicaciones.
c. 16:34 Ha sucedido contigo, diferente, has
hecho lo contrario a las demás mujeres, en tus fornicaciones. Porque ninguno te
ha solicitado para fornicar. Y en lugar de recibir el pago, tú eres quien paga.
5. Descubriste tu
desnudez con tus fornicaciones idólatras.
a. 16:35 Por tanto, ramera, oye palabra de
Jehová.
b. 16:36 Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha
sido manifestada a tus enamorados, a los ídolos de tus abominaciones, en la
sangre de tus hijos, los cuales les diste.
E. Sentencia del juicio de Jerusalén de
Canaán.
1. Tus enamorados
vendrán contra ti.
a. 16:37 Por tanto, yo reuniré a todos tus
enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos
los que aborreciste. Los reuniré alrededor de ti, les descubriré tu desnudez, y
ellos verán toda tu desnudez.
b. 16:38 Yo te juzgaré por las leyes de las
adúlteras, de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de
celos.
c. 16:39 Te entregaré en manos de ellos,
destruirán tus lugares altos, a tus altares derribarán, de tus ropas te
despejarán, se llevarán tus hermosas alhajas, te dejarán desnuda y descubierta.
d. 16:40 Contra ti enviarán a muchas gentes, te
apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.
e. 16:41 Quemarán tus casas a fuego, y harán en
ti juicios en presencia de muchas mujeres. Para que dejes de ser ramera, y que
no sigas haciendo de tus dones prodigios.
f. 16:42 Así apaciguar mi enojo y mis celos por
ti, y una vez calmado no volveré a enojarme.
g. 16:43 La verdad es que me provocaste, y me
enoje con todo lo que hiciste; no te acordaste de cuando eras joven, ni
pensaste siquiera en tu infame lujuria. Por eso voy a descargar sobre ti, las
consecuencias de tu conducta. Palabra de Dios el Señor.
F. La causa del castigo de la ciudad de
Jerusalén.
1. Tal madre
Hetea, así es su hija Jerusalén.
a. 16:44 Te aplicarán a ti el refrán: Tal es la
madre, así es la hija.
b. 16:45 Hija, eres tú, de tu madre, que desechó
a su marido y a sus hijos. Hermana, eres tú, de tus hermanas, que desecharon a
sus maridos y a sus hijos. Tu madre fue hetea, y tu padre amorreo.
2. La corrección
de Jerusalén, peor que Samaria y Sodoma.
a. 16:46 Tu hermana mayor es Samaria, ella y sus
hijas, habitan al norte de ti. Y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la
cual habita al sur de ti.
b. 16:47 Ni siquiera anduviste en sus caminos, ni
hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te
corrompiste más que ellas en todos tus caminos.
3. Jerusalén se ha portado peor que sus
hermanas.
a. 16:48 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que
verdaderamente Sodoma tu hermana y sus hijas. Ni siquiera han hecho como
hiciste tú y tus hijas.
b. 16:49 La maldad de Sodoma, tu hermana fue
esta: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus
hijas. No fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.
c. 16:50 Se llenaron de soberbia, e hicieron
abominación delante de mí, y cuando lo vi las destruí.
d. 16:51 Samaria no cometió ni la mitad de tus
pecados que cometiste tú; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que
ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú
hiciste.
4. La lujuria y
maldad de Jerusalén es peor que sus hermanas.
a. 16:52 Tú, que también, juzgaste a tus
hermanas, ahora llevarás tu vergüenza en los pecados que tú hiciste. Porque
cometiste pecados más abominables que los de ellas. Más justas son ellas que
tú; avergüénzate, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus
hermanas, por tu comportamiento abominable.
b. 16:53 Por tanto, yo haré volver a sus
cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas. Los cautivos de Samaria y de
sus hijas. Lo haré volver entre los cautivos, de tu cautiverio.
c. 16:54 Para que lleves tu confusión, y te avergüences
de todo lo que has hecho. Siendo tu desgracia, el motivo de consuelo, para
ellas.
d. 16:55 De esta forma tus hermanas, Sodoma con
sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a ser como eran antes. Tú también y
tus hijas volverán a ser como su primer estado.
5. Jerusalén se
portó peor que sus antepasados.
a. 16:56 Tu hermana Sodoma, no era digna de que
la mencionara tu boca, en el tiempo de tus soberbias.
b. 16:57 Así eras, antes de tu saber cómo hacer
tu maldad. También sufriste, porque te avergonzaban las hijas de las naciones
vecinas, como las sirias y las filisteas. Y por todas partes te despreciaban.
c. 16:58 Pero ahora tu castigo es, sufrir tu
misma vergüenza, por haber cometido tu propia lujuria y tus propias
abominaciones, por adoptar las costumbres de las otras naciones, dice Jehová.
G. El pacto sempiterno de Dios con Jerusalén
de Canaán.
1. El pacto
Eterno del Señor a pesar de Jerusalén.
a. 16:59 Sin embargo, Jehová el Señor te
pregunta: ¿Haré yo contigo, como tú hiciste, de menospreciar el juramento que
te hice, para invalidar el pacto? De ninguna manera.
b. 16:60 Antes bien, yo tendré presente mi pacto,
que concerté contigo en los días de tu juventud, cuando eras aún una ciudad
pequeña, y estableceré contigo un pacto sempiterno.
c. 16:61 Te recordarás de tus caminos, y te
avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores
que tú, las cuales yo te daré por hijas, pero no por tu causa.
d. 16:62 Si no por mi pacto, que yo confirmaré
contigo; y sabrás que yo soy Jehová.
e. 16:63 Para que te acuerdes y te avergüences. Y
nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que
hiciste, dice Jehová el Señor. 39:23.
“A Ezequiel se le revela, la ciudad
de Jerusalén, llamada antiguamente Jebus, de donde proceden los jebuseos de
Canaán, su origen amorreo y heteo. Del verso 57 al 63, del capítulo 16. El
Señor le da a Ezequiel, una explicación de lo que significa su palabra y su
pacto con la ciudad de Jerusalén. También actualmente a sus habitantes. Desde
su origen hasta su final, en el reino de su Hijo. Con esta ciudad de Jerusalén
Dios hizo juramento y pacto. Que se lo recuerda a los que están habitando en
Jerusalén, y a los que van al cautiverio”
“En resumen, Dios, en este
capítulo, sin mencionar ningún nombre, ratifica su juramento y pacto hecho a
Jerusalén de Canaán. Y a la nueva Jerusalén, que ha querido crear, con la
descendencia de Abraham, Isaac, Jacob, Judá, y David. Pacto sempiterno, que jamás
revocará, ni anulará. Y lo cumplirá por amor a su nombre. A pesar de su pueblo.
Que tiene origen heteo y amorreo. Y de Babilonia. Después de todos los pueblos
donde fueron esparcidos”
“En este sentido, los descendientes
de Abraham, cuando conquistaron a Canaán, vivieron entre los descendientes de
Jerusalén de Canaán, los jebuseos de origen heteo y amorreo. Abraham, a quien
Dios llamó de Ur de los caldeos, y su origen es de Babilonia, para darle la
tierra de Canaán. Ellos conquistaron a Canaán y la poseyeron”
“Sin embargo, hubo algunos pueblos de Canaán que
ellos no destruyeron, tal es el caso de los jebuseos. Qué a los descendientes
de Judá, hijo de Jacob, su nieto, le fue dada la tierra de los jebuseos o
Jerusalén. Por otro lado, en Samaria vivió el resto de Israel. Y la otra
hermana que menciona en este capítulo es Sodoma, quien fue destruida. Saliendo
únicamente de esta, Lot con sus hijas, que son los moabitas y los amonitas. De
quienes Judá en Jerusalén, adoptó sus costumbres idólatras, aun sobrepasando
sus abominaciones”
“En algunas versiones de la Biblia,
en vez de Siria se nombra Edom, porque este se llevó cautivas en botín a las
mujeres de Judá. 2 Cro 28:17-18. Luego Siria subyuga a Edom. Edom, queda bajo
el dominio sirio. Cuando Siria y Asiria, cautivan a Israel, trasladan sirios y
de otras naciones a Samaria. Y le enseñan la ley. Para apaciguar a los leones,
que se los comían. En Samaria quedaron habitando los sirios y otras naciones.
Hasta su destrucción, y llevados al exilio a Babilonia”
“El verso 16:61, se refiere a que,
en el transcurso del tiempo, Israel será recordada, de todo lo que ha
transitado, bajo la misericordia y justicia de Dios. Y se avergonzará. Ella
recibirá hijas, que son sus hermanas que quedaron de la devastación de Israel.
Por causa de Dios, no de ellas. Porque quedaron viudas y sin hijos. Y los hijos
e hijas sin padres. También se darán en levirato, para preservar el nombre del
difunto. Luego cuando Dios los restaure y los traiga otra vez a su tierra.
También, tendrán que recibir a sus hermanas, por hijas, porque se mezclaron con
extranjero y se apartarán de los extranjeros, quedando sus hijas desamparadas”
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