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 Capítulo 37



XX. Profecía de la resurrección de Israel.

A. Ezequiel es llevado a un valle de huesos secos.

1. La mano de Jehová lleva a Ezequiel a un valle de huesos secos.

a.  37:1 La mano de Jehová me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

b. 37:2 Me paseo cerca de ellos por todo en derredor; miré que eran muchísimos sobre la faz del campo y, por cierto, estaban demasiados secos.

2. Dios envía a Ezequiel a profetizar a los huesos secos.

a. 37:3 Me preguntó: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y le dije: Señor Jehová, tú lo sabes.

b. 37:4 Me dijo en ese momento: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oigan palabra de Jehová.

B. La resurrección de los muertos.

1. Dios explica cómo será la resurrección de los muertos.

a. 37:5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: Mira, yo hago que, entre espíritu en ustedes, y vivirán. 37:14.

b. 37:6 Pondré tendones sobre los huesos de ustedes, los cubriré de carne, y los cubriré de piel. Pondré en ustedes espíritu, y vivirán. Sabrán que soy yo Jehová.

2. Ezequiel profetiza a los huesos y se cubren de carne.

a. 37:7 Profeticé, por tanto, como me fue mandado, hubo un ruido mientras yo profetizaba, y observé un temblor. En ese momento, los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

b. 37:8 Miré, y observé, cómo se llenaban de tendones los huesos, la carne los recubrió, y la piel los cubrió por encima de la carne; pero no había en ellos espíritu.

3. Ezequiel profetiza a los huesos con carne y resucitan.

a. 37:9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu, así ha dicho Jehová el Señor: espíritu, ven de los cuatro vientos, sopla sobre estos muertos, y vivirán.

b. 37:10 Y profeticé como me había mandado. Entró el espíritu en ellos, y vivieron. Se pararon sobre sus pies. Estuvieron sobre sus pies, un enorme ejército.

4. Los muertos resucitarán.

a. 37:11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. Mira, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, pereció nuestra esperanza, y del todo somos destruidos.

b. 37:12 Por tanto, profetiza, y di les, así ha dicho Jehová el Señor: Mira, pueblo mío, yo abro sus sepulcros. Saldrán de su sepultura, y los traeré a la tierra de Israel.

c. 37:13 Sabrán que yo soy Jehová, pueblo mío, cuando abra sus sepulcros, y lo saque de su sepultura.

d. 37:14 Pondré mi Espíritu en ustedes, y vivirán. Los haré reposar sobre su tierra; sabrán que yo Jehová hablé, y lo hice. Les cumplí mi palabra, dice Jehová.

“Ezequiel escribió esta profecía en el exilio en Babilonia. Dios les muestra que ellos resucitarán, y que su esperanza no ha sido inútil. En este aspecto, cuando Jesús resucitó, muchos cuerpos de los muertos resucitaron, y estuvieron en Jerusalén. Pero esta profecía se refiere a la resurrección futura de Israel, cuando Jesús venga en su gloria.”

C. La segunda venida en gloria del Mesías.

1. Uniré a Israel, a Judá y Efraín, y serán mi pueblo.

a. 37:15 La palabra de Jehová, me habló diciendo:

b. 37:16 Hijo de hombre, toma ahora un palo, escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel, sus compañeros. Toma después otro palo, escribe en él: Para José, palo de Efraín, para toda la casa de Israel y sus compañeros.

c. 37:17 Luego júntalos, el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.

2. Será un solo pueblo en la mano de Dios.

a. 37:18 Cuando te pregunten los hijos de tu pueblo: ¿No nos enseñarás qué te propones con esto?

b. 37:19 Di les, así ha dicho Jehová el Señor: Mira, yo tomo el palo de José, que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel, sus compañeros, los pondré con el palo de Judá. Los uniré en un solo palo, y serán uno en mi mano.

c. 37:20 Los palos sobre los que escribas, estarán en tu mano delante de sus ojos.

D. Israel volverá a ser una Nación.

1. Israel no se dividirá nunca más.

a. 37:21 Les dirás, el Señor Jehová ha dicho: Mira, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones, a las cuales fueron, los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra.

c. 37:22 Haré que Israel sea una nación en la tierra, en los montes de Israel. Y tendrán un solo gobierno, el de su rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.

2. No se contaminarán con los ídolos y sus rebeliones.

a. 37:23 Ni nunca más se contaminarán con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones. Los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré. Me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.

3. El Hijo de Dios, hará un pacto eterno y será su rey.

a. 37:24 Mi siervo David será el rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor. Andarán en mis preceptos, en mis estatutos, los guardarán, y los pondrán por obra.

b. 37:25 Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron sus padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre. Y mi siervo David será príncipe de ellos, para siempre.

c. 37:26 Haré con ellos un pacto de paz, un pacto perpetuo con ellos. Los estableceré y los multiplicaré. Pondré mi santuario entre ellos para siempre.

4. El Hijo de Dios, el tabernáculo y santuario de Dios.

a. 37:27 Estará en medio de ellos mi tabernáculo, seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

b. 37:28 Sabrán las naciones que Jehová santificó a Israel, estando mi santuario en medio de ellos, para siempre.

“Esta profecía, es para cuando el tiempo se acabe, pronto a suceder, cuando Dios restaure a Israel, le será por rey Jesús. El tabernáculo de Dios estará entre los hombres, y su santuario estará para siempre entre su pueblo. Su Hijo Jesús estará entre ellos para siempre. La nueva Jerusalén e Israel. El pueblo de Dios que cree en Jesús entre las naciones”


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